lunes, 14 de enero de 2013

LAS FALACIAS


                                                    INTRODUCCIÓN


En el lenguaje cotidiano, el termino 'falacia' se usa para referirse a creencias equivocadas o razonamientos defectuosos. En lógica, el término se usa generalmente para designar un argumento técnicamente incorrecto, sobre todo si ese argumente reviste la apariencia de validez o aparenta atractivo.
Así pues, aquí entenderemos por falacia el argumento lógico que parece ser correcto, pero que, examinado más cuidadosamente, demuestra adolecer de incorrecciones. Si aprendes a reconocer falacias, esperamos que puedas también evitar ser engañado por las mismas.







DESARROLLO

“Falacia” se emplea a menudo con poco rigor para designar cualquier clase de creencia errónea o de proposición falsa.
Pero en lógica el término “falacia” se aplica exclusivamente a errores del razonamiento que resultan fáciles de cometer.
Hay muchos tipos de falacias y se les da un nombre especial a los que son más fáciles de cometer y que tienden a engañar a la gente.

FALACIAS FORMALES E INFORMALES.
Las falacias formales son argumentos no validos que aparentemente parecen ser validos, y esto nos puede llevar a pensar de modo erróneo que son correctos.
Las falacias informales (no formales), en este caso su validez no se debe a la incorrección de su forma, sino a otras causas como: la ambigüedad del lenguaje, la complejidad del asunto que se está tratando en el argumento, etc.
FALACIAS FORMALES.
Un error formal en la deducción lógica es un error en el procedimiento lógico con el que se relacionan las premisas y la conclusión. La deducción lógica al ser un proceso lógico-matemático debe cumplir una serie de requisitos formales, la violación de uno de estos requisitos implica un error en la deducción. Los errores formales en la deducción lógica son denominados también falacias formales.
Un argumento lógico-deductivo se denomina falaz por dos razones: en primer lugar, porque aunque son formas de deducción lógica formalmente erróneas aparentan no serlo; y en segundo lugar, porque en ocasiones producen conclusiones ciertas. 
En lenguaje ordinario podríamos poner el siguiente ejemplo: “Carmela sabe inglés o francés, su amiga me dijo que sabía inglés. Luego podemos concluir que no sabe francés”. En este ejemplo se percibe la falacia en el hecho de que cuando se sostiene una disyunción (“o esto o lo otro”) no implica necesariamente que la verdad de uno de los elementos conlleve a la negación del otro. Si en un hotel, por ejemplo, se coloca un cartel que ponga “Todos nuestros camareros saben hablar alemán o ruso” no quiere decir que un camarero que sepa alemán no pueda saber también el otro idioma, puede que hable uno, el otro o ambos. Esta última posibilidad de que en la disyunción concurran los dos elementos es ignorada por esta falacia formal.

FALACIAS INFORMALES
Falacias informalesLas falacias informales son aquellas cuya falta o defecto está en algo distinto a la forma o estructura de los argumentos. Las falacias informales, en cuanto a su “rigor lógico” se podría decir que son más graves. Esto resulta más claro con algunos ejemplos:


Ø  Falacia ad verecundiam. Se llama falacia ad verecundiam, a aquel argumento que apela a la autoridad o al prestigio de alguien o de algo a fin de defender una conclusión, pero sin aportar razones que la justifiquen.

Ø  Falacia ad ignorantiam. Se llama falacia ad ignorantiam al argumento que defiende la verdad o falsedad de una proposición, basándose en que no se ha podido demostrar lo contrario

Ø  Falacia ad hominem: Se llama falacia ad hominem a todo argumento que, en vez de atacar la posición y las afirmaciones del interlocutor, ataca al interlocutor mismo. 

Ø  Falacia del hombre de paja. Sucede cuando, para rebatir los argumentos de un interlocutor, se distorsiona su posición y luego se refuta esa versión modificada. 
                                                   
                                                         

Argumentum ad Baculum (apelación a la fuerza)
Un argumento ad baculum o argumentum ad baculum (en latín, significa "argumento que apela al bastón") es una falacia que implica sostener la validez de un argumento basándose en la fuerza o en la amenaza del uso de la fuerza. Resumiendo podríamos decir que para esta falacia: “La fuerza hace el derecho”. El argumentum ad baculum puede ser considerado como un subtipo de la argumentum ad consequentiam o como un subtipo del “argumento de autoridad”. En el primer caso, interpretaríamos que el argumentante se ve forzado a admitir la validez de la falacia para evitar las consecuencias negativas de no hacerlo (la violencia); mientras que en el segundo caso, entenderíamos que el argumentante admitiría la validez de la conclusión falaz ante la autoridad que reclama la falacia (autoridad basada no en el conocimiento como en el argumento de autoridad clásico sino basada en la fuerza). Aunque estas interpretaciones son factibles se suele considerar el argumento ad baculum un tipo de falacia independiente dado lo extendido de su uso y la importancia en la argumentación política y periodística falaz.

Esta falacia se presenta de dos modos: como falacia lógica y como falacia no-lógica; analizaremos estos dos usos a continuación. El uso del argumentum ad baculum es fácilmente identificable y neutralizable en una argumentación cuando se manifiesta de manera explícita; sin embargo, lo más común es que se oculte su uso con insinuaciones veladas. Este carácter generalmente implícito de su uso hace que su fuerza en la argumentación sea más sutil pero no menos destructiva para el discurso racional. Por ejemplo, raramente esta falacia se presenta de esta manera: “si no crees en R te golpearé” sino más bien así: “yo creo en R y tengo capacidad de ejercer la fuerza ¿en qué crees tú?”. Es claro en el ejemplo segundo el uso de esta falacia, aunque no se presente con total explicitud la amenaza.
ARGUMENTO  AD HOMINEM
En lógica se conoce como argumento ad hominem (del latín, literalmente, "al hombre") a un tipo de falacia. Consiste en decir que algo es falso, eludiendo presentar razones adecuadas para rebatir una determinada posición o conclusión. En su lugar se intenta atacar o desacreditar la persona que la defiende señalando una característica o creencia impopular de quien lo expresa.1 Es preciso hacer una pequeña distinción entre un argumento ex concessio, consecuencia de lo concedido al orador, y un argumento ad personam, una inconsistencia entre lo que piensa y dice un orador. Esta segunda tiene más posibilidades de ser falaz.
Por ejemplo:
Diálogo entre dos personas
§  A: El estado no está garantizando las necesidades básicas de todos los individuos
§  B: Usted nunca tuvo necesidades, no puede hablar sobre lo que hace el estado
En este caso B atacó la moral de A, pero no dijo nada sobre las necesidades básicas. Se dice entonces que el argumento usado por B es una falacia, porque no prueba falsedad, sino que intenta generar la sensación de falsedad.
No se debe caer en el error de pensar que por existir un argumento ad hominem la afirmación de A es siempre verdadera, ya que esto es también una falacia conocida como Argumento ad logicam.
Ejemplo 2:
§  A: los triángulos tienen 4 lados
§  B: usted nunca estudió geometría, no tiene razón en lo que dice
Efectivamente el razonamiento de A es falso, pero no porque no haya estudiado geometría, sino porque el triángulo tiene 3 lados.

EL ARGUMENTO AD INGNORANTIAM
En lógica, un argumento ad ignorantiam, o argumentum ad ignorantiam, es una falacia que se comete al inferir la verdad de una proposición a partir de que no se haya podido probar su falsedad; o bien inferir la falsedad de una proposición a partir de que no se haya podido probar su verdad. Es decir, se comete cuando se infiere la verdad o falsedad de una proposición basándose en la ignorancia existente sobre ella. Un argumento ad ignorantiam tiene dos posibles estructuras:
1.      No se puede demostrar A
2.      Por lo tanto, A es falso
1.      No se puede refutar A
2.      Por lo tanto, A es verdadero
Lo falaz de este tipo de argumentos se ve con más claridad con algunos ejemplos concretos:
1.      No se puede demostrar que existe vida en otros planetas.
2.      Por lo tanto, es falso que existe vida en otros planetas.
1.      No se puede probar la existencia de Dios.
2.      Por lo tanto, Dios no existe.
1.      No se puede refutar a quienes sostienen tal o cual teoría conspirativa.
2.      Por lo tanto, tal o cual teoría conspirativa es verdadera.


ARGUMENTO MISERICORDIAM O “LLAMADO A LA PIEDAD”

Una apelación a la compasión (también llamado argumentum ad misericordiam o el argumento de Galileo) [1] [2] es una falacia en la que alguien trata de obtener apoyo para un argumento o idea mediante la explotación de su o sentimientos de su oponente de lástima o culpa. Se trata de un tipo específico de apelación a la emoción
Argumentum ad misericordiam (argumento de la piedad o la miseria) la falacia cometida cuando piedad o una emoción relacionada, como la simpatía o compasión se apela a por el bien de obtener una conclusión aceptada.
Ø  Por lo tanto, el asentimiento o disentimiento con una declaración o un argumento que se busca en la base de una irrelevante apelación a la compasión. En otras palabras, la compasión o la emoción que se refiere no es el sujeto o la conclusión del argumento.   
Ø  La estructura informal de la misericordiam anuncio suele ser algo como esto:
Persona L argumenta declaración p o argumento A. 
L merece lástima, porque las circunstancias y.
Circunstancia y es irrelevante para p o A.
Declaración de p es verdadero o argumento A. es bueno







ARGUMENTO AD POPULUM               

El efecto de arrastre es una forma bien documentada de pensamiento de grupo en las ciencias del comportamiento y tiene muchas aplicaciones. La regla general es que la conducta o creencias repartidas entre las personas, como las modas y tendencias claramente hacer, con "la probabilidad de que un individuo adopta lo que aumenta con la proporción de los que lo han hecho". [1] A medida que más personas lleguen a creer en algo, también los otros "subirse al carro" a pesar de la evidencia subyacente. La tendencia a seguir las acciones o las creencias de los demás puede ocurrir porque los individuos directamente prefieren conformarse, o porque las personas obtienen información de otros. Ambas explicaciones se han utilizado para la evidencia de la conformidad en los experimentos psicológicos. Por ejemplo, la presión social se ha utilizado para explicar los experimentos de Asch de la conformidad , [2] y la información se ha utilizado para explicar auto cinético experimento de Sheriff . [3]

ARGUMENTO ADVERECUNDIAM O “APELACION A LA AUTORIDAD”
El argumento de autoridad (argumentum ad verecundiam), también argumento de autoridad y apelación a la autoridad, es un argumento inductivo de razonamiento que a menudo toma la forma de un silogismo estadístico . [1] A pesar de ciertas clases de argumento de autoridad puede constituir fuertes argumentos inductivos, los apelar a la autoridad se aplica a menudo falaz: o bien la autoridad no es un experto en la materia, o no hay consenso entre los expertos en la materia, o ambas cosas.
Argumentos falaces de la autoridad a menudo son el resultado de no cumplir al menos una de las dos condiciones necesarias (conocimientos legítimos y consenso de expertos) estructuralmente necesario en forma de un silogismo estadístico. En primer lugar, cuando la inferencia no satisfacer la primera condición (inexperto autoridad), es una apelación a la autoridad inapropiado, que ocurre cuando una inferencia depende de una persona o un grupo sin experiencia relevante o conocimiento del tema objeto de debate.

ERRORES DE FALSA OPOSICION      

Un argumento es una serie de afirmaciones conectadas entre sí con el objetivo de establecer una determinada proposición. De los muchos tipos de argumentos que existen, trataré aquí los argumentos lógicos deductivos realizados en lógica booleana. La lógica booleana es aquélla con la cual estamos más familiarizados, en la cual existen dos posibilidades al considerar la veracidad de una proposición: verdadero o falso. También se la conoce, por esto, como lógica binaria.
Un argumento lógico se construye con proposiciones, o sea, frases que afirman una determinada cosa. Un argumento deductivo contiene una o más proposiciones llamadas premisas que son los pre-supuestos del argumento, o sea, lo que se asume como verdadero para poder deducir el resto. La proposición que se deduce de las premisas se denomina conclusión.
La deducción se realiza utilizando las premisas para inferir nuevas proposiciones, siguiendo una serie de reglas, hasta que se puede llegar a la conclusión. Estas reglas son procedimientos que cambian un tipo de expresión lógica por otra, o combinan dos o más proposiciones en una sola.



PARADOJAS




Una paradoja es una idea extraña opuesta a lo que se considera verdadero o a la opinión general.1 En otras palabras, es una proposición en apariencia verdadera que conlleva a una contradicción lógica o a una situación que infringe el sentido común. En retórica, es una figura de pensamiento que consiste en emplear expresiones o frases que implican contradicción. Un ejemplo de paradoja es la "Paradoja de Jevons", más conocida como efecto rebote. La paradoja es un poderoso estímulo para la reflexión. A menudo los filósofos se sirven de las paradojas para revelar la complejidad de la realidad. La paradoja también permite demostrar las limitaciones de las herramientas de la mente humana. Así, la identificación de paradojas basadas en conceptos que a simple vista parecen simples y razonables ha impulsado importantes avances en la ciencia, la filosofía y las matemáticas.
"Sufrimos demasiado por lo poco que nos falta y 
gozamos poco de lo mucho que tenemos" (Shakespeare).
 

Un uso diferente del término paradoja es el de "antinomia". Una antinomia se produce cuando dos proposiciones son contradictorias entre sí pero las razones que las apoyan son igualmente validas y fundamentadas. Las antinomias fueron un recurso habitual entre los escépticos y los sofistas para mostrar la inutilidad de la razón del hombre para conocer la verdad. A este respecto se cuenta la anécdota ocurrida en 155 a.J en la que Carneades, como embajador ateniense en Roma, habló un día convincentemente a favor de la justicia y al siguiente en su contra. Más famosas aún son las antinomias kantianas que muestran la imposibilidad de ciertos conocimientos sobre el mundo como si es eterno o tiene principio en el tiempo, si existe la libertad en él o no, etc. Probablemente se puedan considerar de este tipo las paradojas de Zenón ("Aquiles y la tortuga" por ejemplo) en donde la argumentación sostiene una cosa y la experiencia aparece como contradictoria a ella.

Un tercer uso de "paradoja" es el que señala como paradójico un conflicto entre criterios de clasificación. Cuando un elemento no cae dentro de ningún sistema clasificatorio se puede decir que es un objeto paradójico. En un primer momento, por ejemplo, el ornitorrinco fue un animal paradójico ya que no entraba, aparentemente, en ninguna clasificación taxonómica conocida. Otro ejemplo a la orden del día son los efectos paradójicos que se muestran en ciertos fenómenos quánticos que presentan, al mismo tiempo, características ondulatorias y corpusculares.

PARADOJAS LOGICAS


Las paradojas pueden ser meras curiosidades que figuren en el apartado de Matemáticas recreativas, pero también pueden ser detonantes de intensa investigaciones que desemboquen en la aparición de nuevos paradigmas matemáticos.
 “Esta frase consta de siete palabras”.                          

Este es un enunciado claramente falso, ya que la frase en cuestión consta de seis palabras. Su enunciado contrario es:
“Esta frase no consta de siete palabras”
Que también resulta ser falso, ya que esta vez la frase sí consta de siete palabras. Se trata de un ejemplo típico de paradoja lógica en la que un enunciado y su contrario son falsos. Una paradoja es pues, en una primera aproximación, algo que contradice el sentido común o que da un resultado completamente inesperado.
Haciendo una modesta incursión etimológica observamos que dóxa es una raíz griega que significa “opinión”, “creencia”, “pensamiento”. Así, ortodoxo es pensamiento recto, justo (orto= recto). Heterodoxo es “que piensa de otro modo” (héteros = otro). Paradoja, en cambio tiene la raíz parà, que significa “al lado de, fuera de”. Por lo tanto, lo que el término paradoja sugiere no es que no se piense rectamente, sino que el pensamiento se encuentra fuera de algún esquema. Como veremos más adelante, la paradoja es la puerta falsa del paradigma.
              

PARADOJAS SEMANTICAS


El miércoles 10 de septiembre, en su artículo La paradoja del mentiroso, Javier Pradera comenta que "los problemas lógicos de las paradojas semánticas suelen ser ilustrados con el ejemplo clásico de la paradoja del mentiroso". Así es, en efecto."Epiménides es cretense y afirma que todos los cretenses mienten". He ahí una paradoja, pues "si estuviera diciendo la verdad, estaría mintiendo". Ahora bien, el articulista incurre en el mismo error que es habitual encontrar en las exposiciones de esta paradoja. Ocurre que suele añadirse: "... y si estuviera mintiendo, estaría diciendo la verdad"; lo cual, obviamente, no está tan claro.
Lo que Epiménides dice es que todos los cretenses mienten; si esto es falso, deduciremos que algunos no mienten, pero no que todos son absolutamente veraces (no confundamos lo contradictorio con lo contrario). En concreto, no sería posible afirmar que Epiménides es uno de los que dicen la verdad. Lo que es más, si lo que ha dicho es falso, parece claro que es uno de los que mienten...
Por todo ello, si lo que se desea es una paradoja que lo sea en sus dos caras, y no sólo en una, como la anterior, recomiendo aquella que dice: "Esta oración es falsa". Si es falsa, es verdadera, y si es verdadera, es falsa.




















CONCLUSION


El tema “falacias” no solo nos deja un gran conocimiento sobre este tema sino también a nivel personal, en el aspecto que podemos distinguir los diferentes rasgos que conllevan estas y saber cuando están presentes en nuestra vida diaria.
Una falacia puede ser un argumento que aparentemente parece ser válido y esto nos puede llevar a pensar de modo erróneo que son correctos o verdaderos.
También de una falacia llegamos a lo que es una paradoja que de un modo más explicativo, una paradoja podría definirse como una información que pareciera ser falsa pero que en realidad es verdadera y viceversa, una afirmación que parece ser verdadera y es falsa, estas a su vez, conducen a contradicciones lógicas, de las cuales es muy difícil y casi imposible decir si se trata de algo verdadero o falso.








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